Apuesta suicida del Valle de Egüés en su enfrentamiento ante el Gares, equipo plagado de jugadores de mucha calidad técnica, desborde y definición. Solo las inoportunas lesiones durante la fase regular les han privado de estar en estos momentos disputando la Fase de Ascenso a Primera Juvenil.
Choque donde se enfrentaba un equipo trabajado en el aspecto ofensivo, el local, frente a otro, el nuestro, siempre pendiente de superar carencias individuales con ayudas entre compañeros y orden táctico colectivo. Nuestra apuesta era clara, liberar la salida del balón de los de Puente la Reina por su costado derecho, permitiéndoles atravesar con facilidad nuestra primera línea de defensa, cerrando conscientemente su salida por su flanco izquierdo, evitando que le llegaran balances francos a su jugador franquicia, su extremo izquierdo. No quedaba otra que esperar y confiar en que su central derecho se asomara a nuestro balcón, llevando una cazadora de cuero con el nombre de los Class y se tirará sin mirar atrás. Eso, o que nos escupiera a la cara, metiendo un buen balón a la espalda de Beltza. Y saltó, una y otra vez. Por suerte, tenemos a Beñat siempre listo y veloz, con el cubo y la fregona, para limpiar todo lo que cae a la espalda de sus compañeros, para él, ayer fue sin más otro día en la oficina. Una pena que solo tuvimos a Vallejos la primera parte cedido por su equipo, el Primera Juvenil gracias a la presencia en nuestra comunidad de un grupo de nórdicas. Pues para el estaban destinados los órganos que nos proporcionaría el anarquista salto suicida rival. No fue compatible el primer riñón, pero no desaprovecho el segundo. 0-1 Todo seguía según la pizarra creativa del míster, más creativa que nunca si tenemos en cuenta que la recaída de la lesión del tobillo de Ekaitz, lateral izquierdo, en el calentamiento fue sustituida no de forma natural por Ángel, como todos preveían, sino por nuestro delantero Mikel Barberena (las disculpas públicas “pá-cuando”, Beñat?). Hasta que una impetuosa recuperación de balón por parte de Pérez, nada que reprochar tras su regreso entre nosotros, fue sancionada con amarilla. Lo que sirvió para realizar algunos ajustes, insistentemente reclamados por mi banquillo (Pon a Álvaro donde Jorge… oía una y otra vez a mis espaldas desde el minuto uno). Ya tenía la excusa para resolver mi error inicial, sin dar merito a mis suplentes… Pongo a Álvaro en el doble pivote (cada día que se va olvidando de su grave lesión voy viendo al gran jugador que todos me decían que era), e intercambio a Pérez por Jorge en la ingrata labor de ayudar a Egoitz (ya era hora que dieras ese paso adelante…) en tapar a su comentado extremo izquierdo. La manta que movemos para tapar el cuerpo, nos descubre los pies que yo no quería que se nos enfriasen. En concreto nuestro pie derecho. Un saque de esquina con varios despejes hacen bailar a Azeari de lado a lado en busca del balón… todavía lo está buscando por las orillas del Arga. 1-1. Pudo convertirse en catarro el enfriamiento si el palo no manda para fuera la última internada por esa banda a la que tanto miedo el míster azul tenía poco antes del descanso.
Con Vallejos camino de la Capital del Reyno, para despedir a su nórdica de intercambio, tras el descanso volvimos a ver otro cambio de posiciones para varios jugadores por parte de Kasparov: Pérez pasaba a ser el jugador más adelantado, no mucho, Jorge seguía ayudando a Egoitz, mientras Joanes (tampón de champan que retenía la presión rival y daba salida de calidad a las recuperaciones) y Álvaro apretaban el culo contra nuestros centrales, evitando filtraciones a sus espaldas. Por la banda izquierda poca historia, es lo que ocurre si por allí esta Barberena, sin levantar la voz, cumpliendo lo que se le manda, hace que el rival nada haga. Ayudado en posiciones cambiadas con Ángel, muy centrado en su tarea, muy centrado en sus cosas. La idea de que volviera el pop, matando al punk, que Malcolm McLaren dejara de buscar, se iba oscureciendo… pero el amor autodestructivo entre Sid Papi Vicius, que entró por Ángel, y Nacy Azeari Pungen, estuvieron a punto, juntos o por separado, de darno la victoria. Su trágico destino (un larguero y un mano a mano no resuelto) impedía un feliz romántico pero deportivamente injusto para ambos equipos. Pero si estamos hablando del Punk, sublime el salto desde el banquillo de nuestro e- BARA-isto de Senegal… como el líder de la reaparecida Polla Records, pegándose con todo el que se subiera al escenario a intentar quitarle el micrófono-balón… cuando no sale desde el principio es suyo y solo suyo. El telón lo bajo una vez más Andoni, a quien deseamos poder dar mayor protagonismos en nuestras actuaciones, en atención a su esfuerzo entre concierto y concierto. Habrá que hablar con el dueño de la discográfica, que solo piensa en conseguir discos de oro. Se pudo ganar, se pudo perder ante un buen equipo, el Gares, como muy buenas individualidades. Por eso, estos empates gustan tanto. Porque aunque el reconocimiento individual se lo lleve el primer entrenador, el mérito es de todo el equipo, de toda la plantilla.
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